HA MUERTO EL PAPA FRANCISCO

EDITORIAL Lunes 21 de Abril de 2025

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Papa Francisco

No muy querido en su Patria, finalmente el Papa Francisco -luego de largo tiempo de enfermedad-, ha partido hacia la casa del Padre, quien fuera el primer papa sudamericano, jesuita y argentino.

Autor: Luis Ferreyra Viramonte, Director

Desde 2013, año de su erección, no podemos negar que fue un Vicario lleno de contradicciones, críticas y alabanzas.

Fuimos defensores desde estas líneas hasta no hace mucho; en tiempos en que comenzamos a conversamos en que no estábamos de acuerdo con alguna de sus actitudes.

No obstante, siempre sostuvimos (siguiendo un viejo consejo de nuestro padre) que el Papa, como representante de Cristo en la Iglesia, debía ser protegido de las críticas públicas, como símbolo de la Iglesia cuya cabeza invisible es el mismo Salvador. Y lo seguimos sosteniendo, a pesar de todo.

Son razones que no estamos en condiciones de juzgar y por esto, cualquier crítica es necesaria y motivada por el enemigo, el padre de la mentira.

Podríamos seguir discutiendo hasta el infinito acerco de sus obras, pero lo cierto es que era nuestro Papa y debemos mantener prudencia acerca de él:; pero no se hizo. lamentablemente, como en casi todo lo que nos pasa, era porteño y me pregunto si no fue esa característica lo que lo llevó a cierta desviación que le costó su prestigio y falta de empatía. Estos seguro que si no fue la principal, tuvo gran influencia.

Pero ya no está entre nosotros y ahora, podrán buscar otras disculpas en otras partes y en otra persona, para que aparezcan los verdaderos motivos de la crítica descarnada a la nuestra Iglesia. Y es posible, además, que finalmente aparezcan ante nuestros ojos, los verdaderos motivos de las críticas.

A mí me queda, que fue un gran defensor de la familia, de las vidas por nacer y en contra de la fábrica de armas y de las guerras. Lo demás, ya poco importa.

Aquellos que lo rodearon en el Vaticano, y lo mal aconsejaron, tendrán que buscarse otros trabajos o seguirán con su ponzoña demoliendo la Iglesia de Cristo. Sólo el Señor Altísimo lo sabe.

Por ahora, nos queda rezar por su alma.

Autor: Luis Ferreyra Viramonte, Director

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