¿Sabías que no es lo mismo evangelizar que catequizar?

ACTUALIDAD Domingo 3 de Diciembre de 2023

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Ocurre con bastante frecuencia que se confunden los términos manejados en la Iglesia católica, creyendo que se trata de sinónimos. Veamos la diferencia

Fuente: ALETEIA - Mónica Muñoz

Catequesis, catequizar, evangelizar; la terminología es abundante dentro la Iglesia católica, y, con bastante frecuencia, tratamos estas palabras como sinónimos, sin embargo, es recomendable entender a qué se refiere cada una, pues son parte de la cultura del católico y, en seguida, porque al hacerlo, entenderemos mejor qué nos corresponde hacer como cristianos bien formados sobre su fe.

Para conocer el significado de cada uno, Aleteia consultó al Pbro. Antonio González Morales, licenciado en Pedagogía y Catequética, quien nos habló de estos interesantes temas.

Evangelizar o catequizar, ¿es lo mismo?

La sagrada escritura hace constar que la tarea de todos los bautizados es evangelizar, el mismo Señor Jesucristo hizo este envío a sus discípulos el día de la Ascensión: «Vayan y prediquen el evangelio a toda criatura, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 19-20).

Por eso, al preguntarle al P. Antonio González si es lo mismo evangelizar que catequizar, la inmediata respuesta que sale de sus labios es un rotundo «no». «La evangelización es todo un proceso dentro del cual está la catequesis», destaca.

El Padre Antonio puntualiza que «la catequesis es un momento del proceso evangelizador. Evangelizar es más que catequizar«, de acuerdo con el número 66 de Directorio para la Catequesis del Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. «La catequesis contribuye a la evangelización», aclara.

Primer anuncio en el proceso evangelizador

Para el sacerdote, el testimonio de un católico, verbal o no verbal, puede motivar a una persona a preguntarle por qué se comporta así. Esto ya es un anuncio que lleva a inquirir sobre Cristo, por lo que recibirá como respuesta un «kerigma», pues le explicará que todo se debe a la religión que profesa en Cristo que lo ama, que lo ha perdonado y liberado, que pertenece a una Iglesia y que lo ayuda a ser mejor por la recepción de los sacramentos.

«Estamos hablando de dos momentos del proceso evangelizador: el primer anuncio o kerigma, que es un acto de catequesis, propiamente, y después viene la catequesis formal».

Cómo se divide la catequesis formal

El padre abunda comentando que la catequesis formal se divide en dos partes: Catequesis de iniciación cristiana, que ofrece una preparación inmediata para recibir los sacramentos del Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, ofreciendo las catequesis para que la persona se sienta parte de una comunidad donde conozca a Cristo y viva su fe.

La segunda parte es la catequesis de adultos o maduración en la fe, en la que «no nos referimos a aquellos que tienen más de 18 años o de 7 años, según el Código de Derecho Canónico (Cann 97-98), sino a aquellos que ya han sido iniciados en la fe, tiene un proceso claro de iniciación cristiana y que ya están listos para profundizar».

«La catequesis es entonces un acompañamiento a través de un proceso educativo en la fe, que ofrece de alguna manera la Iglesia a través del obispo, de los presbíteros, padres de familia y catequistas a la persona que quiere conocer más su fe».

Un acto educativo

Para concluir, el P. Antonio comenta que la catequesis es un acto educativo. «¿Quiénes educan en la fe?», reflexiona, «el primer responsable de la educación en la fe de todo un pueblo es el obispo; luego los párrocos, delegados por el obispo. Eso es en cuestión institucional, pero los principales responsables, quienes se comprometieron a educar en la fe a un niño o a un adulto, cuando lo llevaron a bautizar, son los padres y padrinos». En cuanto a las catequistas, solo colaboran ofreciendo sus servicios en las parroquias.

Un servicio muy grande, por cierto.

Fuente: ALETEIA - Mónica Muñoz

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