'El que no quiera trabajar, que tampoco coma'

NOTA DE OPINIÓN Miércoles 27 de Agosto de 2014

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Lo dicho por Pablo en 2 Tesalonicenses 3, 6-10. 16-18, debe hacernos reflexionar sobre nuestra actitud respecto al trabajo. No podemos utilizar esta sentencia, para juzgar a los otros y recriminarles nada. Pero el gobierno que da subsidios, debe también pensar que resulta inmoral otorgarlos pródigamente y sin ninguna exigencia de respuesta laboral a quienes lo reciben.

Autor: Propio

Cuando el papa Juan Pablo II visitó Monterrey (México) por segunda vez, en la homilía hizo énfasis no sólo a la "santificación" del trabajo, sino también en el trabajo como un modo de santificarse. En ella decía: "Jesús, el hijo de Dios, no tuvo a menos el trabajar, y por ello aprendió un oficio y lo ejerció, tanto así que la gente sorprendida se preguntaba '¿No es éste el carpintero?' (Mc 3,6)".

El trabajo no es sólo una manera por medio de la cual Dios nos "da el pan de cada día", sino también es el lugar para encontrarse con Dios, con el Dios constructor, con el Dios que ha creado todo y que nos ha hecho "co-creadores" con él. Cuando trabajamos (sea trabajo de oficina, de taller, de fábrica, de estudio, de casa) y lo hacemos con alegría, descubriendo en nuestro trabajo esta presencia y esta acción creadora de Dios en nosotros, el trabajo se convierte también en un modo de santificar a nuestro mundo.

De esta manera el trabajo deja de ser una obligación, para convertirse en un gozo, en una verdadera experiencia de Dios. Haz de tu trabajo diario una experiencia del amor de Dios. Conviértete, como san Pablo, en un ejemplo y un medio de evangelización para la gente que trabaja contigo; que viendo tu alegría, la gente se sienta llamada a vivir la misma experiencia que tú tienes y a dar gloria a Dios.
(De Evangelización Activa, día 27/08/2014.

Autor: Propio

Comentarios

Cristian Sosa
Miércoles 27 de Agosto de 2014

Por supuesto que coincido con el artículo. Me gustaría agregar que advierto dos enfoques sobre el trabajo. Hay personas que gozan de su trabajo, pero lo ven como un espejo de sí mismos. En él depositan todos sus talentos, deseos y proyectos. Pero todos ellos tienen un destintario: él mismo. Es el caso de aquellos que se enamoran de lo que hacen y tanto es el sentimiento que, además de perder perspectiva, se van envenenando ... de sí mismos. Son esas personas que no aceptan una crítica, se vuelven intolerantes con una opinión contraria a lo que ellos hicieron, no pueden trabajar en equipo, no están dispuestos a mirar en 360º. Al igual que este tipo de personas, también existen las otras: las que dan un sentido de servicio a su trabajo. Gozan por cierto, pero gozan mucho más porque ven que su esfuerzo hace un bien. Son aquellas personas que son humildes, siempre dispuestos a aprender, su resultado siempre es perfectible, aprecian el aporte de terceros, son capaces de modificar lo realizado y sienten, por último, que lo que hicieron no es más de ellos. Es de la Gente. Del Otro. ¿En qué grupo se encuentra el lector?

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