CONSTITUCIÓN ARGENTINA: FORTALEZA ASEDIADA

NOTA DE OPINIÓN Viernes 26 de Septiembre de 2014

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Asedio

¿Qué es lo que sucede a nuestro país que recorre este ominoso “tobogán de la decadencia”?

Autor: Dr. Luis Iluminati para El Informador Público

Karl Popper escribió: “Las instituciones son como las fortalezas: resisten si la guarnición es buena”.

Es una buena frase pero yo le agregaría esta otra: “Es necesario que además de las murallas y almenas bien construidas, haya defensores bien preparados. Caso contrario, la fortaleza o castillo caerá indefectiblemente”.

Esto último es lo que está sucediendo ahora en la República Argentina. No hay nadie que salga a defender esta ciudadela que se llama Constitución Nacional que nos alberga a todos de los abusos de los funcionarios: corrupción, caos, latrocinio y desbarajuste de la economía nacional. El derecho se ha vuelto torcido y la justicia se ha mudado al museo de ciencias ocultas.

En este momento las instituciones no funcionan correctamente porque están atrofiadas, pues “el sano ejercicio hace saludable al órgano”. ¿Pero qué es lo que sucede a nuestro país que recorre este ominoso “tobogán de la decadencia”?

Pues lisa y llanamente se ha bastardeado y adulterado nuestra Constitución Nacional. Una dignísima Constitución que fue sancionada por primera vez en “SANTA FE”, palabra sacrosanta, pero que desde que el kirchnerismo llegó al poder, la pobre Constitución Argentina, de hecho, se desplazó a “SANTA CRUZ”, donde hasta la fecha se encuentra crucificada, lo mismo que Jesucristo.

Y que nadie me vengan con el cuento de que tenemos buenos y leales defensores de este digno castillo o fortaleza llamada "Constitución Argentina”, una ciudadela diseñada y levantada para proteger a los ciudadanos de los malhechores de adentro y de afuera.

Una ciudadela para concretar el Estado de Derecho. Por supuesto que existen buenos y leales defensores, pero lamentablemente no son muchos en la Argentina y no alcanzan para impedir que caigan las murallas de las honrosas virtudes ciudadanas.

Me gustaría que la Sra. Presidente tenga un minuto de lucidez y autoestima para reflexionar y decida renunciar juntamente con su guitarrista vicepresidente. Los dos juntos le hacen sentir a la gente decente “la vergüenza de ser argentinos”.

Basta ya de “ejercicio ilegal de la política”.

Todos los argentinos deberían sumarse a la defensa de la Constitución, como lo hicieron nuestros antepasados que se sumaron a la Reconquista de la ciudad de Buenos Aires luego de que fuera invadida por los ingleses.

Nuestra Constitución Nacional es como la ciudadela del pueblo soberano. Su violación por parte de los gobernantes equivale a una situación de atropello, pisoteo, saqueo y humillación que padece cualquier pueblo que es invadido por un ejército extranjero.

La Constitución Nacional debe ser inexorablemente respetada, ya que corrió mucha sangre antes de su sanción definitiva, con el sagrado propósito de lograr la organización, la paz y la unión nacional, los tres pilares o columnas de la entrada o pórtico de esa fortaleza histórica que levantaron los Constituyentes de 1853.

Autor: Dr. Luis Iluminati para El Informador Público

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