Difusión Sábado 7 de Diciembre de 2013

“El narcoescándalo es la puntita de un iceberg inmenso”

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Fue uno de los primeros en denunciar el narcotráfico en Córdoba. Apunta a la Policía y al Ejército. Vive con custodia permanente. La pelea con la Mona.

La provincia de Córdoba atraviesa el mayor escándalo de corrupción policial vinculado al narcotráfico en toda su historia. El legislador Aurelio García Elorrio fue uno de los primeros en denunciar la connivencia entre el poder político y los narcotraficantes.

El pasado jueves, vivió una tensa situación en la Legislatura provincial al protagonizar un fuerte enfrentamiento con Carlos “la Mona” Jiménez, uno de los grandes ídolos populares de los cordobeses.

Cuando la Cámara se preparaba para declarar el cuarteto como 'Patrimonio Cultural de Córdoba', García Elorrio se opuso argumentando que los cuarteteros debían suspender sus bailes cuando percibieran que se vendían estupefacientes en el lugar, lo que despertó la ira de los músicos que, comandados por Jiménez, amenazaron con abandonar el recinto.

El legislador recibió a PERFIL en su despacho y confesó que lo sorprendió la reacción de los cuarteteros. “No quería arruinar su fiesta. Reconocí todo lo que logró su música, principalmente alegrar el corazón de los más pobres, pero les pedí que nos ayudaran en la batalla contra el narcotráfico. En la puerta de los bailes esperan a los jóvenes con drogas y no deberían cantar donde se daña a los chicos. También pedí que la letra de las canciones incluyera un mensaje contra el consumo. Es una responsabilidad social y es parte de la batalla cultural, que es fundamental”, explicó.
La presunta vinculación de policías cordobeses con el narcotráfico se conoció por intermedio del testimonio del “colaborador encubierto” policial en el programa ADN de la televisión local.

La lucha de García Elorrio no es nueva. En 2008 ventiló la relación entre la dirigencia política y el narcotráfico. La denuncia resultó una bisagra en su vida. Sufrió amenazas y litigios judiciales, y desde entonces debe moverse con custodia personal permanente.

“En ese momento, denuncié que funcionarios provinciales daban cobertura al narcotráfico en zonas esenciales de la ciudad de Córdoba. Juan Schiaretti, el gobernador en esa época, me envió una carta documento para que dijera ante la Justicia quiénes eran los funcionarios involucrados. Obviamente fui, los denuncié y asumí una responsabilidad que debió hacer el Estado. Esa situación que alertamos derivó en todo lo que hoy sale a la luz con estas nuevas denuncias.”

—¿Cuál es la responsabilidad del gobierno de Córdoba en la situación actual?

El principal problema del narcotráfico es lo que yo denomino “droga grande”, que son los 70 mil kilogramos de cocaína que ingresan en el país, a través del gran “portaaviones” que es Santiago del Estero, y se distribuyen en tres grandes rutas: la hidrovía del Paraná, la Ruta 34 por Santa Fe y la 38, que pasa por Córdoba, con destino hacia los puertos. Si las rutas de Córdoba están abiertas, y están pasando miles de kilos de cocaína hacia los puertos y para el consumo local, hay una brutal omisión e irresponsabilidad del gobierno. También debemos ver quién monitorea ese paso, alguien lo organiza, y yo tengo mi desconfianza de que hay elementos residuales de la Secretaría de Inteligencia del Ejército participando en estas maniobras.

—¿Lo sorprendieron las irregularidades detectadas en la Policía local?

—No. En medio del caos que se genera por el paso en la provincia de miles de kilos de droga, aparecen zonas liberadas e irregularidades. El narcoescándalo es la puntita de un iceberg inmenso. Las instituciones están en estado de shock, la Policía está en estado de shock. De la Sota deberá tomar algunas medidas contra este grave flagelo

Fuente: Perfil.com

Nuestra Opinión

Los saqueos en Córdoba, han dejado dudas más grande que la impotencia, el daño y la inseguridad.

Para dejar de ser ingenuos alguna vez, debemos observar con atención los signos y hechos en cada evento que nos conmueve,  formulando hipóstesis posibles acerca de cuestiones que nos atañen directamente a los ciudadanos.

Y es claro que el narcotráfico se ha visto desnudado en toda su crudeza y maldad con el denominado caso de los 'narcopolicías', en Córdoba; y con el atentado al gobernador de Santa Fe. Y es -como dice el presidente de Encuentro Vecinal Córdoba- 'sólo la punta del iceberg'.

Si ponemos la noche oscura del martes, en un contexto más amplio, la cuestión toma otra dimensión. Y algunos hechos puntuales, llaman la atención poderosamente y nos permite encontrar otros caminos de discernimiento.

-No muchos días antes de los saqueos, 5000 efectivos de la Gendarmería Nacional con base en Jesús María -a 50 quilómetros de Córdoba- fueron trasladados al Conurbano Bonaerense.

-El gobernador De la Sota, en mucha soledad, emprendió sorpresivamente un viaje supuestamente a Colombia, con escala en Panamá, cosa rara por que está más lejos que la primera nación. Enterado del acuartelamiento de los policías, casi inmediatamente consiguió un vuelo de regreso; y todos sabemos que no es tan fácil.

-Los saqueos no fueron tan espontáneos como parecieron y había bandas de motociclistas que coordinadamente atacaban lugares y luego se retiraban. Logístimamente, casi idéntico al cordobazo del 69.

-Hubo cadenas de supermercados -pública y ostensiblemente conectadas políticamente con la ideología gobernante a nivel nacional- que no sufrieron saqueos o soportaron muy pequeños daños en alguno de sus locales, pues ha salido a la luz que en estos emprendemientos (y se pueden ver en algunos videos) había policías perfectamente preparados para repeler a los saqueadores. Es el caso, por ejemplo, de los Supermercados Mami o los complejos Dinosaurio.

-Sorprendió la rapidez con que se llegó al acuerdo salarial y la principal curiosidad es que -contrariando toda la historia- 'se les otorgó más de lo que habían pedido'.

-En las noticias de hoy, aparece que la Nación (con la que la Provincia de Córdoba mantiene un largo litigio por deudas fiscales), va a venir en ayuda económica del Estado provincial.

¿Es posible que se trate de un movimiento perfectamente concertado para 'encapsular' el problema del narcotráfico?

Con los 70.000 kilos de cocaína que pasan por el país, por supuesto que sí. Y muchas cosas peores todavía.

Por: Ferreyra Viramonte Luis Fernando
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