COMO ENTIENDO YO LA HISTORIA
Conversando con un buen amigo, este me reconvino amablemente sobre mis artículos. Dado que, como no soy profesor de historia, cometería según su visión, el error de descontextualizar la historia y de no interpretar bien lo que pasó en ella. Bien, metamos mano en esa opinión. Acepto el desafío.
Autor: PATRICIO LONS
Por PATRICIO LONS
Para entender los acontecimientos históricos, hay que investigar utilizando estos cuatro elementos que determinó el gran historiador argentino, Don Julio Carlos Gonzalez:
a) Cartografía
b) Tratados internacionales que ejercen poder sobre esa geografía y la modifican
c) Normas jurídicas y económicas internas que originan esos Tratados Internacionales
d) Estadísticas de resultados
A esos cuatro puntos, propongo por mi experiencia, que le podemos agregar un estudio exhaustivo de los aspectos de la civilización estudiada en su momento de análisis. Por ejemplo en Hispanoamérica, es fundamental entender la condición católica del continente y su relación con su fuente española y su autoridad romana. Por eso, en nuestro caso, es imprescindible analizar la teología de la historia. ¿Era la monarquía católica española un katehón político al Leviatán inglés? Y respecto al accionar de los actores de nuestra tierra entre 1800 y 1825, en ese punto es fundamental ver como actuaban las universidades, la iglesia y los comerciantes respecto a nosotros mismos y en contraposición a nuestros adversarios.
Podemos completar el análisis de nuestra investigación, con testimonios de personajes de la época, cartas, objetos de uso cotidiano, documentos, dibujos y daguerrotipos si los hubiere. Y finalizar con la comparación de ideas de testimonios contrapuestos, que en nuestro caso, no solo los hay entre revolucionarios y fidelistas, sino entre los mismos revolucionarios,que demostraron una fuerte tendencia a asesinarse entre ellos, para arrepentirse al final de sus días, luego de haber asesinado inocentes y de haber violado sus propios juramentos.
Por eso mismo, cuando estudio e investigo nuestra historia, lo hago en base a abundante material al respecto. Me adentro en el espíritu de la época, en las costumbres morales y culturales, en testimonios de momento, en el discurrir de esos días y en los posteriores resultados obtenidos por nuestros pueblos hispanoamericanos, bastante magros por cierto, en estos doscientos últimos años. Empobrecimiento y la dependencia de la banca extranjera, nos llevaron a la destrucción de nuestra identidad. Teniendo en cuenta las advertencias que nos hacían los Papas Pio VII y León XII sobre las consecuencias de nuestras revoluciones, bien vale la frase referida a México pero que nos cabe a todos: "Pobre México, tan cerca de EEUU y tan lejos de Dios".
Don Santiago de Liniers y sus compañeros de martirio, Agustín Agualongo y todo el pueblo de Pasto, Huachaca y sus hermanos de Arequipa, Pincheira y los hijos de Chiloé y tantos otros, advertían que detrás de la secesión de América, estaba la mano inglesa; acción que se evidenció desde 1810 y se coronó en los tratados de comercio y navegación de 1825, firmados por Inglaterra con los nuevos recién fundados estados americanos, tratados por los cuales, los nuevos países nacieron fundidos en sus arcas. Nada de un pan bajo el brazo.
¿El resultado en la educación? España se fue dejándonos 25 universidades y 14 Colegios mayores. Toda una clase dirigente formada en ellos, desperdició sus saberes y nos convirtió en más de veinte estados con enfrentamientos internos. Balcanización y libanización fueron los resultados y la consecuencia de tanto enfrentamiento esteril.
A dos siglos de esos acontecimientos, buena parte del continente no puede calificar más que en los últimos lugares en educación. Argentina ha quedado directamente descalificada. Un país como Estonia, que sufrió una tiranía soviética durante casi medio siglo, recuperó sus tradiciones y hoy a 26 años de su liberación, es la tercera nación en las calificaciones PISA en educación.
Es cierto, mis pergaminos universitarios son de una carrera en periodismo; pero esa capacidad de investigar me llevó a entender aproximadamente bien lo que nos pasó. Mis mejores títulos son las permanentes invitaciones a dar conferencias, más las consultas que recibo de docentes de los tres niveles de aprendizaje de casi todos los países de habla hispana. Es decir, de aquellos que si tienen títulos de profesores de historia.
Como argentino con ramas familiares que llegan hasta el siglo XVIII en América y con algunos próceres en mis venas, a buena parte de ellos los conozco tomando mate en la cocina, es decir, en su historia íntima y por tradición oral. Y que suele coincidir con documentos y testimonios de otros argentinos con raíces como las mías. Testimonios que a veces, guardamos para nosotros por pudor ajeno, sino, el escándalo podría ser mucho mayor. La historia se escribió a fines del siglo XIX para las nuevas corrientes inmigratorias que nada sabían de lo que realmente pasó antes de que llegaran.
Dejando los diplomas de lado.
Compatriotas de todo el continente, ¡algo no cierra bien en la historia que nos mal enseñaron en la escuela! ¿ no les parece?
Autor: PATRICIO LONS
Comentarios
Cristian Rodrigo Iturralde
Viernes 14 de Julio de 2017
En líneas generales, coincido con lo expuesto. Buen artículo. Si bien, a mi entender, Gonzalez comete yerros no menores en varias cuestiones históricas, creo que acierta en el asunto del proceso independentista americano. Como dice Patricio Lons (con quien compartimos el amor por esa España y la Hispanidad): ¨algo no cierra¨.
BALTASAR GONZALO FERRER
Viernes 14 de Julio de 2017
Entiendo muy bien el planteo y me interesa, ya que, por linea paterna, también desciendo de familias antiguas de Argentina. Es cierto lo de la labor educativa de España en América, y uno de los vestigios que quedan de esa época es justamente el Colegio Monserrat de Córdoba, que aparece en la foto, y donde hice mi secundario. Quizás el Río de la Plata no tenía el refinamiento del Perú y Nueva España, pero igualmente la labor española fue muy buena. La independencia nos hizo fragmentar y la Argentina que a mi juicio, es el Virreinato del Río de la Plata independizado de España perdió muchos territorios como le pasó a México. Perdimos la Banda Oriental, Paraguay y el Alto Perú, porque muchos de los políticos de la época no tuvieron la grandeza de pensar en la unidad de los pueblos y la integridad territorial. Lo mismo pasa ahora con la indiferencia de muchos argentinos hacia posibles secesionismos de la Patagonia, el desinterés por Malvinas y el estatuto antártico. Todo esto nos hace caer en el riesgo de lo mismo que pasó en el siglo XIX, y efectivamente nuestra educación no ayuda en remediar todo esto. Debemos renovar nuestras tradiciones comunes y reencauzar nuestra educación. Espero que reaccionemos.
Edmundo Gelonch Villarino
Martes 27 de Diciembre de 2016
Coincidimos en líneas generales. Aunque trabajo en el Instituto Argentino de Cultura Hispánica, verán en mis libros que, más allá del conflicto entre naciones y sus culturas (Hispanidad y Anglosajones) lo que realmente dividió y enfrentó fue la cuestión religiosa: Catolicismo y Protestantismo judaizante. Shakespeare pudo seguir a Lope de Vega sin empacho; pero entre Felipe II e Isabel Tudor, pese al inicial afecto, está el muro levantado por la herejía y la impiedad. O sea que, si bien el conflicto es nacional y religioso, el fondo es lo religioso y las naciones fueron como "portaviones" de algo más hondo. Quizás hoy, ese enfrentamiento teológico sea "o Cristo Rey o soberanía popular". Cuidado porque hoy siguen confundiendo - aún con este principio hermenéutico - a muchos de los protagonistas de nuestra Historia, adjudicándoles erróneamente pertenecer a un lado u otro.
Respuesta enivada el Martes 27 de Diciembre de 2016
Gracias por su comentario. Trasladado al autor. No obstante, queremos decir que estamos plenamente de acuerdo con su hipótesis, que siempre ha sido la nuestra. Creemos que la verdadera batalla es espiritual. No por que sí, a la 'Operación Rosario' de Malvinas, los barcos ingleses que mandaron, llevaban el nombre de los caballeros de la Mesa Redonda.
Amadeo A. Valladares Álvarez
Jueves 15 de Diciembre de 2016
Mi querido y respetado amigo D. Patricio Lons, tiene usted toda la razón. Por un lado, los antihispanistas y los indigenistas, sin argumentos razonables o morales sostenibles, deben recurrir al descrédito de los cabales, cultos y honestos, y distorsionar la clara verdad. Por otro lado, la verdadera redención solamente está en el retorno amoroso y sincero a nuestra excelsa cultura hispana. También es cierto, la mano anglosajona tras la destrucción de la identidad y fortaleza de la Hispanidad, atonta previamente con el opio de la Ilustración y toda la baba de la fementida Leyenda Negra. La educación de todas las distintas partes producto de la gran secesión de las Españas, se tiranizó como elemento fundamental de inducción en doctrinas perniciosas y falaces, desde donde se proyectaba la ignorancia y sometimiento de las mentes. Sus razones son claras y definitivas, solamente la maldad o la ignorancia más más extrema (pero de cualquier forma culpable) pueden criticar sus limpias letras y su trabajo. Reciba el más fuerte y considerado abrazo. Adelante en la defensa de la verdad, única forma de ser verdaderamente hombre.
Respuesta enivada el Jueves 15 de Diciembre de 2016
Gracias por su comentario. Trasladado al autor.
Rodolfo Diaz Zavala
Miércoles 14 de Diciembre de 2016
Estimado Patricio, cuantas verdades hay en tu articulo, el cual sirve para que las generaciones de jóvenes puedan interpretar desde otra óptica a nuestra historia, y en función a esa interpretación poderse ubicar en el presente. Lamentablemente hemos sido producto de un análisis de la historia de una forma muy especial, castigando sobre todo el accionar no solo de la Corona Española sino de la Iglesia Católica, esa Iglesia de antaño a la que tanto le debemos, la que formo Europa, América, etc.-
Respuesta enivada el Miércoles 14 de Diciembre de 2016
Muchas gracias por sus comentarios. Se los trasladaremos al autor.
Emilio Guillermo Nazar
Martes 13 de Diciembre de 2016
En líneas generales, el artículo detalla una metodología para abordar la Historia. La Historia en sí se basa en hechos humanos, siempre de relevancia social. Es decir, si se describe una historia personal, o la biografía de una persona "cualquiera", ella sirve de "muestra" de cómo viven las personas en esa sociedad, sus hábitos, sus costumbres. Documentos de la época, rastros, y otro tipo de datos, como los que puede aportar la arqueología, son elementos que enriquecen la investigación, y que muchas veces toman relevancia para el estudio de épocas en las cuales no había suficientes documentos. Muy bueno el artículo, y sobre todo debemos reforzar el Revisionismo Histórico, respaldar de modo científico las aseveraciones.
Respuesta enivada el Martes 13 de Diciembre de 2016
Muchas gracias por sus comentarios. Se los trasladaremos al autor.
Patricio Lons
Martes 13 de Diciembre de 2016
Muchísimas gracias a todos por sus comentarios esclarecedores que permiten enriquecer cada uno de mis artículos.
Mariano Barthe Dupont
Lunes 12 de Diciembre de 2016
El autor tiene mucha razón. Cuántos grandes historiadores hubo que no estuvieron formatados por las modernas universidades, que no hacen más que producir 'historiadores' adocenados, muy metódicos, eso sí, pero incapaces de escribir otra cosa sino libros indigeribles y superficiales, que no captan el trasfondo espiritual de la época. Otro comentario, pero sólo sobre un detalle. Si Estonia está tan bien calificada, no es a pesar de su pasado soviético, sino, al contrario, gracias a que los soviéticos conservaron el sistema de enseñanza de la Rusia zarista, el cual, a su vez, había sido copiado del de los prusianos. Es el mismo que se conserva actualmente en Rusia y en muchas de las ex-repúblicas soviéticas.
Respuesta enivada el Lunes 12 de Diciembre de 2016
Muchas gracias por sus comentarios. Se los trasladaremos al autor.
Emmanuel Castellanos
Domingo 11 de Diciembre de 2016
Efectivamente Sr. Lons, los historiadores del régimen (independientemente de que hayan estudiado en una escuela pública o privada) siempre acuden a la vieja confiable, a aquella falacia de autoridad de que "yo estudie historia y por eso yo tengo la razón y tu no, por el puro hecho de que me respalda un papel", cuando lo único que les enseñan es historia desde una cegada perspectiva marxista o liberal, una historia que no cuadra con la realidad, unos hechos que, de haber sido tan buenos, no van en lo más mínimo con los resultados.
Respuesta enivada el Domingo 11 de Diciembre de 2016
Muchas gracias por sus comentarios. Se los trasladaremos al autor.
Nicolás Guillermo
Domingo 11 de Diciembre de 2016
Excelente artículo, Patricio. Es verdad que para producir un discurso historiográficamente válido es necesario valerse de toda la documentación disponible sobre un determinado período, analizarla detenidamente y contrastarla para llegar a conclusiones. En el caso de la mal llamada emancipación americana, los testimonios de la época que revelan determinados datos sociales y económicos sobre el imperio español y sobre el grado de fidelidad que existía hacia la Corona nos permiten hoy día poner en tela de juicio ciertos lugares comunes y leyendas negras sobre el imperio español y comprender que la "historia de bronce" sobre los llamados próceres es sumamente cuestionable.
Respuesta enivada el Domingo 11 de Diciembre de 2016
Muchas gracias por sus comentarios. Se los trasladaremos al autor.