LAS LUCES DE LA CONQUISTA

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Como parte de nuestra adhesión al Día de la Raza y la Hispanidad, reproducimos una parte del libro "BREVES REFLEXIONES ACERCA DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA Y LA CONQUISTA ESPAÑOLA", del Prof. Ignacio Tejerina Carreras para la celebración del Vº niversario de la más grande epopeya en la Historia de la Humanidad. El título indica que el autor ha rescatado algunos de los principales hechos que contradicen la perversa e injusta crítica a la Conquista y que, a no dudarlo, se dirige a desprestigiar la magna tarea de Evangelización que encaró el Reino de España en estas tierras.

Autor: Prof. IGNACIO TEJERINA CARRERAS

Trataremos de enumerar aquellas cosas que nos parece fueron las principales luces del hecho colonizador, sin agotarlas a todas, por supuesto.

Podemos afirmar que el 12 de octubre significa, sin lugar a dudas, lo siguiente:

1) El descubrimiento de América por parte del resto del mundo, y el descubrimiento de los aborígenes de la existencia del Viejo Mundo, como asimismo, la posibilidad que tuvieron los propios americanos de saber de la existencia de otros pueblos que habitaban en el mismo continente, y que hasta ese momento se ignoraban mutuamente.

2) El nacimiento de América Latina, que con más propiedad

debemos llamar Iberoamérica. "América" como tal no existía antes de la llegada de los españoles. Cuando decimos que "Colón descubrió América", en realidad no hablamos con estricta propiedad, sino que estamos cargando al hecho inicial con toda la proyección histórica que posteriormente tuvo. La unidad étnica que hoy está implícita en la voz América (y por la cual llamarnos "hermanos" a los otros pueblos del Continente) es posterior a la Conquista. El español no conquistó "América"... El español conquistó una pluralidad de tierras y de pueblos, fragmentados en infinidades de tribus, y unificados a veces en imperios; la unidad en la variedad continental que es América, fue un hecho cultural del espíritu fundante español.

3) El bautismo y evangelización de Iberoamérica, que enseñó la igualdad moral de todos los hombres.

4) El surgimiento de un nuevo tipo humano, el hispanoamericano cuyos arquetipos son el gaucho, el charro de México, el llanero de Venezuela, el huaso, etc...

El mestizaje de millones de personas que se dio en América es un hecho casi desconocido en tal magnitud en otras latitudes. El español se mezcló con el indio y produjo el mestizo, y con el negro, y dio origen al mulato, lo que fue una excepción en la parte de América colonizada por otros europeos, en especial los ingleses tan apegados a los prejuicios raciales.

5) El nacimiento de los criollos, descendientes de españoles nacidos en estas tierras y protagonistas principalísimos de nuestra guerra de emancipación.

6) La propagación de la lengua española, que permitió que desde México a Tierra del Fuego todos nos pudiéramos entender, estrechar lazos y sentimos hermanos unificando así pueblos que no tenían nada en común y que hablaban centenares de lenguas diferentes constituyendo una verdadera Babel. Es a través de lo hispánico como nuestros pueblos tienen una identidad común y son partícipes también de un destino común. Por eso debemos considerar a la lengua como clave de nuestra identidad.

7) La dignificación de la mujer indígena, durante siglos sumisa y marginada en la generalidad de las culturas precolombinas, y objeto muchas veces de obsequio por parte de los hombres de sus pueblos a los primeros conquistadores para sellar pactos o demostrar amistad. Aún hoy en comunidades indígenas cerradas al hombre blanco, la mujer no goza de las mismas libertades que sus congéneres, cabiéndole un rol tristísimo, según lo aseveran quienes han convivido con ellos'.

8) Significó también la introducción en América de elementos minerales, vegetales y animales antes desconocidos. Los españoles introdujeron el caballo, el ganado vacuno, porcino, caprino, ovino, las aves de corral, el perro y el conejo. También los citrus, el eucalipto y los cereales que hoy representan los elementos básicos de nuestra alimentación, tales como el trigo, el centeno, el arroz, la cebada y la avena. De 247 especies vegetales alimenticias y de utilidad industrial cultivadas en América, 199 son originarias de Europa y de Asia. América a su vez dio su aporte de elementos desconocidos en Europa como el maíz, el tabaco, la papa y la batata.

9) La fundación de centenares de ciudades, villas y pueblos y la siembra del germen de la democracia y de la soberanía del pueblo a través de los cabildos y del espíritu libertario traído por los españoles. Afirmaba el líder del socialismo argentino Alfredo Palacios que el ideal por el que los famosos comuneros del Paraguay morían, venía del crisol de la raza, de la doctrina de los filósofos y juristas españoles del siglo XVI, que se adelantaron en años a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, consagrados por la Revolución francesa.

10) De España vino a América la semilla de la libertad entendida como capacidad para ella, para luego consagrarse como derecho. Hablarle de la libertad como derecho a quien carece de la capacidad para vivirla, es tan inútil como explicarle a un ciego de nacimiento la gama de colores. Afirma un autor mexicano que esa semilla fue esparcida principalmente por los misioneros evangelizadores como Bartolomé de las Casas, Gante o Zumárraga, a los cuales nosotros los argentinos debemos agregar a San Francisco Solano, que con su violín y su prédica atravesó medio continente americano.

11) También de España vinieron los números arábigos, los romanos, los conocimientos científicos de la época, su arte, su literatura, la escritura alfabética y la imprenta. Nuestros niños le deben centenares de juegos como la rayuela, el arroz con leche, el cara y cruz, la farolera, la gallina ciega, las bolitas, el arre caballito, el sube y baja, el juego de manos, la gallina papanata, la gata parida, el tobogán, la pelota paleta, etc. Asimismo mismo las rondas infantiles que todos los hoy adultos de alguna vez compartimos, como el Antón Pirulero, el Conde Laurel, Arrorró mi niña, Aserrín-aserrán, Buenos días su señoría, Farolera tropezó, Mambrú se fue a la guerra, Se me ha perdido una niña, Van tres noches que no duermo y villancicos de Navidad tales como: Vamos Pastorcito, en el portal de Belén, Ahí viene la vaca, etc.

12) El nacimiento de un folklore de fusión que reconoce para América tres troncos diferentes: lo indio, lo español y lo africano. Para citar ejemplos podemos dar el caso de los ritmos caribeños como la salsa, el merengue, el mambo, la rumba, etc., que son de origen afrohispánico; o los cantares y música andina en general, de predominante origen indígena; o las innumerables danzas argentinas como la zamba, el gato, la chacarera, el pericón nacional, etc. de innegable origen europeo. Otros ritmos europeos como el vals y la polca dieron origen a los valses criollos, a la polca correntina y al chamamé. La fusión también se da en los instrumentos musicales y así tenernos el caso típico del charango, hecho de la caparazón de un animal autóctono, como es el quirquincho, y forma de guitarra española y cuerdas de alambre —de origen europeo—; o el de una danza como la chacarera santiagueña, que es ejecutada con guitarra traída por los españoles, bombo indio pero hecho de cuero de vaca traído por los conquistadores, y el violín europeo que introdujo San Francisco Solano en su peregrinaje por estas tierras en aras de la Evangelización.

13) Significó el fin de sacrificios humanos a los dioses y de la antropofagia practicada por algunas culturas indígenas.

14) La creación de decenas de universidades, centenares de escuelas e instituciones de enseñanza, y la fundación de hospitales. La Iglesia además erigió miles de iglesias y capillas, conventos, monasterios e instituciones de caridad.

15) También los españoles aportaron la rueda y todos los derivados de la mecánica basada en el movimiento circular, así como la técnica del hierro y del vidrio que eran desconocidos en América.

16) Revela al mundo las culturas más importantes como la azteca, la maya o la incaica, al mismo tiempo que se hicieron diccionarios de las lenguas nativas que carecían de escritura, posibilitando de esa forma que hoy podamos conocer mucho de lo hecho por esos pueblos.

17) El surgimiento de una nueva idiosincrasia, de una nueva forma de ver las cosas que nos distingue del resto del mundo. No significa que seamos mejores o peores pero si algo nos caracteriza a los Iberoamericanos es que estamos aquí para vivir el mundo y no sólo para ver cómo explotarlo; para ejercitar permanentemente un sentimiento de solidaridad y hermandad no sólo con los países que tienen la misma raíz histórica sino con todos los países del mundo.

Alguien dijo alguna vez que quizás nuestros pueblos no iban a ser líderes en ciencia o técnica, pero que nosotros sí conocíamos el valor de la amistad, el uso del tiempo libre, el arte de la conversación, la igualdad de las razas y el valor de lo impráctico, el lugar del sufrimiento y la importancia de la gente sobre las cosas y las leyes. Esta idiosincrasia, común a toda la América Latina, tiene una única raíz: la hispánica, heredera de una tradición cristiana profunda.

Autor: Prof. IGNACIO TEJERINA CARRERAS