¿Hasta dónde/cuándo vamos a dejar que el Estado se meta en nuestras vidas?

NOTA DE OPINIÓN Domingo 16 de Marzo de 2014

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Se ha perdido la fe en la Gente común. Lo que no sé si es exprofeso o no. Si es exprofeso, es terrible, porque hay una decisión política de tomar para sí decisiones que no le son propias y que le son arrebatadas a sus agentes naturales. Y si no es a nivel conciente, es importante que advirtamos a la sociedad para que tome el tema entre sus manos y trabaje políticamente para detener este avance sobre los derechos humanos fundamentales.

Autor: Cristian Sosa Barreneche


En este caso, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, pretende instruir sobre salud sexual y reproductiva entre adolescentes y jóvenes, haciendo caso omiso a toda la normativa anteriormente citada y no respetando la decisión de los padres en esta materia.

Mi postura al respecto no es religiosa, aunque reconozco que hiere particularmente a las familias de fe y que se sienten plenamente responsables sobre la educación de sus hijos sobre los temas sexuales. Después de todo, están en su derecho.

Para mí es un avance de tal magnitud que atenta contra los Derechos Humanos básicos: la libertad de elegir la formación de los hijos, a la luz de las creencias de cada familia.

Citaremos algunos tramos de la nota periodística.

Dice: "en una suerte de cuestionario de consultas básicas, el sitio se pregunta, entre otras cosas: "¿Hace mal masturbarse?". La respuesta es: "No. De hecho, hace bien, ya que es una práctica sana y placentera".

Esa respuesta no es una información, es una opinión. Que puede o no estar de acuerdo con lo que piensan algunos padres. Y aquí es cuando se atenta contra el legítimo derecho de formar libremente a los hijos.

Si la respuesta fuera solamente "físicamente, no trae ninguna consecuencia conocida", sin ninguna valoración adicional, la cosa sería muy distinta. Porque decir que "de hecho, hace bien, ya que es una práctica sana y placentera" es ingresar en un terreno en donde el Estado no tiene por qué entrometerse.

Dice la nota que Chau Tabú "ofrece una comparación de métodos anticonceptivos, entre ellos la cuestionada píldora del día después" y que, además, dispone de un "consultorio online" en el que un grupo de profesionales y especialistas responden dudas de manera anónima y confidencial".

Volviendo un instante a mi artículo "Lo rígido y paralelo no nos lleva a ningún lado", refuerzo mi postura sobre la "cultura de lo paralelo" en donde digo que sustituímos la sustancia con el proceso, confundiendo una con el otro.

  • ¿Cuál es la misión del Estado en materia de concepción, desde el punto de vista de la salud pública? 
  • ¿Cuál es el límite? 
  • ¿Hasta dónde puede entrometerse? 
  • ¿Quién decide sobre la formación sobre concepción/anticoncepción? 
  • ¿Los padres, la familia o el Estado?

Hemos perdido la fe en la Gente común. Lo que no sé si es exprofeso o no.

Si es exprofeso, es terrible, porque hay una decisión política de tomar para sí decisiones que no le son propias y que le son arrebatadas a sus agentes naturales.

Lo que el Estado debería hacer es instruir, formar y capacitar a éstos para que puedan actuar de la mejor forma posible, de acuerdo a su forma de pensar y sentir.

Y si no es a nivel conciente, es importante que advirtamos a la sociedad para que tome el tema entre sus manos y trabaje políticamente para detener este avance sobre los derechos humanos fundamentales.

Es muy importante que el Estado y la Gente se ubiquen en sus respectivos lugares y cumplan con sus funciones, evitando esta confusión innecesaria de roles que no traen buenos resultados.

Autor: Cristian Sosa Barreneche

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